Se corta el ciclo de recuperación del sector tras la crisis social y política de 2019
El turismo en Bolivia, que apenas empezaba a recuperarse tras los conflictos sociales y políticos ocurridos en el país en octubre y noviembre pasados, empieza a sentir el impacto de las medidas mundiales contra el coronavirus (COVID-19), con una afluencia cada vez menor de viajeros. Desde este jueves se amplían las restricciones vigentes, cerrando las fronteras a extranjeros.
Las asociaciones de agencias de viajes, transporte turístico, guías y hoteles de Bolivia hicieron público un comunicado en el que se declaran en «crisis extrema». Pidieron al Gobierno nacional un plan de alivio y reactivación para el sector, para contrarrestar lo que ocurre en el contexto global y las medidas locales contra el COVID-19.
«Se estima que por el efecto multiplicador del sector turismo en otros sectores, las pérdidas totales en el país serán de aproximadamente US$ 1.000 millones para el año 2020, así como la pérdida estimada de 100.000 empleos directos», advirtió el sector.
Los operadores turísticos expresaron su respaldo a las medidas para preservar «la vida y la salud de las personas», pero alertaron que el efecto será «devastador» para el turismo, con mermas en el empleo y los ingresos que genera ese sector.