La ciudadela inca de Machu Picchu, joya del turismo en Perú, redujo su aforo diario un mes después de reabrir sus puertas ante el incremento de decesos y contagios de Covid-19 en el país, según nuevas normas gubernamentales.

La reducción de los ingresos obliga a limitar el acceso hasta el 9 de mayo a un total de 675 visitantes diarios, equivalente a 30% del aforo.
Desde la reapertura en marzo la ciudadela inca operaba con un 40% de la capacidad, o 897 visitantes.
La restricción incluye a todos los sitios arqueológicos de Perú que se encuentran en zonas de «alerta extrema» de contagio en la actual segunda ola de la pandemia, de acuerdo con la norma que rige desde el 19 de abril.
La medida fija que los lugares arqueológicos, como Machu Picchu, sólo pueden visitarse de lunes a sábado. Los domingos cerrarán por un confinamiento obligatorio de la población.
Desde la reapertura, el uso de mascarillas es obligatorio para recorrer la ciudadela construida durante el gobierno del emperador inca Pachacútec, en el siglo XV.
Machu Picchu, que en tiempo normales acoge a 2.244 visitantes, estuvo cerrada todo febrero por una nueva cuarentena que buscaba evitar las aglomeraciones, consideradas una de las principales fuentes de contagio.