Las manos de don Luciano Cárdenas Quispe tienen magia, porque convierten simples piedras en verdaderas obras de arte, pues una simple roca es el principal recurso que transforma en sólidos y atractivos morteros y diversos utensilios de cocina.

Don Luciano es natural del centro poblado de Ccaccasiri, de Acoria, en Huancavelica, y desde niño talla piedras. La que trabaja es conocida como “alaymosca” o viuda negra, muy resistente a los golpes a los que se exponen los morteros.
Tras su extracción del río donde abunda este material, y luego de una selección rigurosa que descarta fisuras y desmoronamientos, inicia el proceso de conversión, para el cual Luciano Cárdenas hace uso de un cincel, amoladora y lija.
Los morteros circulares que produce son los más pedidos, y sus manos gruesas y callosas crean bellos diseños que retratan animales de la zona como la trucha, gallina, chancho y cuy. Pero ha pedido de algunas personas también elabora fuentes de piedra para ceviche, plato de tres bordes, ajiceros, llamativas cucharas y piezas decorativas.
El tiempo mínimo que demanda la elaboración de sus obras es de tres días y sin descanso, pero si el diseño es exigente el tiempo de dedicación es mayor, razón por la cual el precio de sus trabajos cuesta desde los 60 soles hasta los 450, según sea el tamaño y forma.