Han pasado algo más de cuatro horas de viaje en carro desde Lima. Las nubes son cada vez más espesas y de a poco atiborran el cielo en el sur de Perú. El paisaje cambió por completo y ahora apenas si se alcanza a ver el Sol. Solo es visible un mar de arena de dunas ondulantes.
En las entrañas del desierto costero del Pacífico, en el departamento de Ica, el destino es el famoso “Oasis de América”.
Como si fuera una historia sacada de “Las mil y una noches”, un increíble oasis se avizora en el horizonte. Es el oasis de Huancachina.
Un puñado de casas, hoteles y restaurantes rodean este espejo de agua verdosa de algo menos de una hectárea de superficie.