Una tradición japonesa cuenta que si se comprometen en matrimonio donde el cielo se une con la tierra, esa unión durará para siempre. Ese relato animó a muchos asiáticos a buscar ese lugar mágico y lo encontraron en el salar de Uyuni, en Potosí.
Esa tradición y el potencial turístico del Bolivia, sus atractivos naturales y culturales, hicieron que las cifras de turistas asiáticos que llegaron al país entre 2022 y 2023 se duplicaran.
Según datos del boletín Actividad del Turismo del Instituto Nacional de Estadística (INE), si bien la cifra de japoneses, chinos y coreanos que llegan a Bolivia es baja en comparación a los visitantes de otras partes del mundo, entre 2022 y 2023 la población asiática que llegó a Bolivia creció en 99,5%.
Solo en el caso de los coreanos, su llegada a Bolivia se incrementó en 255,3% en un año, pasó de 2.215 a 7.870 visitantes; mientras que, en el caso de los chinos, creció en 134,1%, se incrementó a 3.475 turistas a 8.135.
Fascinados por el salar de Uyuni, el lago Titicaca y otros atractivos, los asiáticos ven hoy día a Bolivia como un destino ideal de turismo. La Paz, Cochabamba y Santa Cruz han liderado las visitas en los últimos tiempos.
La página de la Embajada de Japón coincide y explica que el destino turístico favorito de los japoneses es el salar de Uyuni, al que prefieren llegar en época de lluvia porque el agua que cubre el salar lo convierte en espejo.
Indica, además, que el número de japoneses que llega a Bolivia se incrementó desde 2010, y con tendencia a la subida, gracias al incentivo que los operadores de turismo bolivianos.
Según la Embajada de la República de Corea en Bolivia, desde 2015 más de 5.000 coreanos ingresan anualmente al país atraídos por el salar de Uyuni.