En Bolivia, de acuerdo a la Constitución, el turismo es una actividad económica estratégica que deberá desarrollarse de manera sustentable para lo que tomará en cuenta la riqueza cultural
El turismo es una actividad dinámica, sensible y que depende de muchos factores para su desarrollo, pero que, a pesar de todo, genera oportunidades y refleja la capacidad de conservación de los recursos naturales y patrimoniales de un país, una región o una comunidad para las futuras generaciones.
En Bolivia, de acuerdo a la Constitución, el turismo es una actividad económica estratégica que deberá desarrollarse de manera sustentable para lo que tomará en cuenta la riqueza cultural y el respeto al medio ambiente, indica Maribel Zapana, docente de la carrera de Administración Hotelería y Turismo de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Luego de la pandemia, la reactivación del sector en Bolivia muestra datos alentadores. Según el Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, la situación entre enero y agosto de 2022, el turismo interno y receptivo en Bolivia generó un movimiento económico de más de Bs 2.953 millones.
Durante ese período, más de 1,4 millones de bolivianos y bolivianas visitaron los diferentes atractivos turísticos, logrando dinamizar la economía local con más de Bs 736 millones en turismo interno, que representa una tasa anual de crecimiento del 16,8%.
En tanto, el turismo receptivo recibió a 403.222 turistas extranjeros que generaron un movimiento económico de Bs 2.217 millones, un incremento de 450%, en comparación con el mismo periodo de 2021, en el que el país solo recibió a 89.000 visitantes.
Zapana asegura que el aporte principal de la actividad turística a la economía nacional es la generación de empleos por el efecto multiplicador de la actividad. “La cadena de oportunidades es interminable, además del desarrollo de condiciones necesarias para su práctica en las cuales se beneficia directamente la comunidad, como ser infraestructura”, dice.
Claro ejemplo es Uyuni como destino turístico, que hace 10 años no tenía aeropuerto, hotelería limitada, pocos servicios, pero ahora se ha posicionado como un destino capaz de atraer por sí solo a turistas pese a su distancia y capaz de tener los servicios necesarios para esta recepción.