En una iniciativa sin precedentes, el sector turístico de Santa Cruz se ha unido para posicionar este destino como el nuevo rostro de Bolivia. En un contexto marcado por bloqueos y crisis económicas, líderes turísticos y empresariales han emprendido un esfuerzo conjunto para mostrar al mundo una «cara verde, moderna y trabajadora» de la región.
«Nos toca lavar la cara del país», menciona el presidente de la Cámara Hotelera de Santa Cruz Jorge Heredia. Este proyecto, que ha involucrado a entidades como la Dirección de Turismo de la Alcaldía, Cainco, hoteleros y gastronómicos, busca romper la imagen tradicional de Bolivia. Según Heredia, «históricamente, se ha promocionado al país con una sola cara». Santa Cruz, hasta ahora desconocida en mercados como el peruano, quiere posicionarse como un destino vibrante y atractivo.
El trabajo no ha sido fácil. «Estamos en el proceso porque ha sido largo, dos meses y medio de negociaciones», señala Alejandro Borda, director de turismo del municipio de Santa Cruz de la Sierra. Pero los resultados comienzan a ser visibles. Durante una reciente participación en la feria de turismo más importante del sur de Perú, Santa Cruz fue presentado como el principal destino, sorprendiendo a operadores turísticos que antes lo equiparaban a ciudades como Puno.
La clave del éxito ha sido la colaboración público-privada, combinando recursos locales con alianzas estratégicas internacionales. «No tenemos plata», admite el representante, señalando que la creatividad ha sido esencial. Por ejemplo, se ha negociado con operadores peruanos un intercambio: mientras Santa Cruz cubre costos para mostrar su oferta turística, los peruanos harán lo mismo para promover sus destinos en Bolivia.
Además, se han abierto oportunidades de conectividad, fundamentales para el turismo. «Sin conectividad, no hay turismo», enfatiza. Una de las propuestas más prometedoras es una nueva ruta aérea entre Arequipa y Santa Cruz, que podría fortalecer el flujo turístico entre ambos países.
Este esfuerzo no solo se limita a la promoción de destinos. También se están construyendo puentes en formación y capacitación. Se prevén intercambios con el Centro de Formación Turística, Hotelera y Gastronómica de Lima, que permitirán a profesionales de ambos países adquirir conocimientos y mejorar servicios.
La colaboración entre Santa Cruz y Perú no es casual. Ha sido facilitada por figuras clave como Álvaro Barrera, un chef peruano residente en Santa Cruz, quien ha conectado a los actores bolivianos con líderes turísticos de su país. «Aplaudo la gestión del sector privado, que le pone el hombro al desarrollo», concluye.
Santa Cruz busca no solo promoverse como destino, sino cambiar la narrativa sobre Bolivia, demostrando que, con esfuerzo conjunto, es posible superar los retos históricos y posicionarse en el mapa turístico internacional.