El crecimiento del turismo asiático en Bolivia ha sido notable en los últimos años, impulsado por el atractivo del Salar de Uyuni, que muchos asiáticos consideran un lugar místico. Una tradición japonesa dice que si una pareja se compromete en un lugar donde el cielo se une con la tierra, su unión durará para siempre, y los turistas asiáticos encontraron ese lugar en el Salar de Uyuni.
Esta creencia, junto con la belleza natural y cultural de Bolivia, ha llevado a un aumento significativo en las visitas de turistas asiáticos entre 2022 y 2023.
Datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que, aunque los visitantes asiáticos representan solo el 2,7% de los turistas extranjeros en Bolivia, su número creció un 99,5% en ese periodo.
Los coreanos lideran este crecimiento con un aumento del 255,3%, seguidos por los turistas chinos con un 134,1%. Además del Salar de Uyuni, otros destinos como el lago Titicaca y las principales ciudades como La Paz, Cochabamba y Santa Cruz atraen a estos visitantes.
El encanto del Salar de Uyuni es particularmente fuerte en temporada de lluvias, cuando el agua convierte al salar en un espejo natural. Empresas turísticas japonesas y coreanas han incorporado Bolivia en sus paquetes, especialmente para turistas jóvenes que buscan experiencias en grupo.
El turismo asiático no solo se concentra en la observación pasiva, sino que también participan activamente en festividades culturales bolivianas, como el Gran Poder o el Carnaval de Oruro.
Por otro lado, el turismo asiático ha generado un incremento en los ingresos económicos de Bolivia. En 2023, el gasto turístico receptor creció a 687,9 millones de dólares, un aumento significativo respecto al año anterior.
Los turistas coreanos incrementaron su gasto en un 261,2%, mientras que los chinos lo aumentaron en un 146,3% y los japoneses en un 132%. Este crecimiento del turismo asiático ha consolidado a Bolivia como un destino atractivo y rentable para los mercados emergentes de Asia.